En nuestro jardín todos los días narramos un cuento a los niños, de forma oral y con marionetas.

Los niños escuchan, observan y siguen una secuencia de ideas y acontecimientos de la historia, con entusiasmo. Las narraciones enriquecen su vocabulario, su capacidad de escuchar y su concentración.

En los cuentos los niños escuchan un conflicto, una situación que se ha de resolver gracias al valor, honestidad, amistad, coraje de su protagonista, venciendo los obstáculos que se le presentan.

Estas situaciones que el niño escucha e interioriza en la narración del cuento son una semilla que se está sembrando en su alma para que en su vida más adelante tenga las herramientas necesarias para afrontar situaciones difíciles, venciendo el miedo y las dificultades.

Con la narración oral de los cuentos, fortalecemos la imaginación, ampliamos su vocabulario y les entregamos un mundo de fantasía a los niños.

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“Los cuentos y las leyendas son como un ángel bueno que se le asigna al hombre desde su

nacimiento, para que lo acompañe en su peregrinar por este mundo y, siempre fiel compañero,

transforme su vida gracias a su amistad, en un verdadero cuento poético que sature la intimidad de

su alma”.   

Rudolf Steiner.